La primera edición del Festival de Radio y Cine Comunitario ‘El Lugar que Habitamos’ difundió en 2021 la obra titulada Angpøndøkay: gente de lengua, agua y tierra. Un cortometraje documental que visibiliza el proceso de desplazamiento territorial y lingüístico del pueblo zoque de San Miguel Chimalapa, Oaxaca, desde las miradas y voces de las personas que habitan la comunidad. Con los años, la película mantiene su vigencia.
En el documental se exploran elementos culturales que los pueblos y comunidades zoques han ideado y protegido durante siglos para garantizar su existencia y permanencia. Por ejemplo, su lengua, su arraigo con el territorio, el ejercicio del trabajo comunal o tequio y la fiesta comunal, entre otros.
Keving Hernán Sánchez, escritor e investigador angpøn (zoque) es codirector de la obra junto a Emma Marzi y comparte su pensamiento dentro del cortometraje. Frente a la cámara, rodeado por campos de milpa, Keving expresa su gusto al pasearse por los ríos, y su preocupación por la tierra que lo ha visto crecer: “actualmente todo este territorio, o sea los Chimalapas, está amenazado no solamente por un despojo territorial, sino también cultural, por estas dinámicas globales que condicionan los modos de vida tradicionales”.
Algunos casos de dichas amenazas son, por ejemplo, el incesante acoso que empresas mineras ejercen sobre los territorios zoques de los Chimalapas, o los conflictos territoriales e interestatales que, a pesar de contar con resoluciones judiciales, no garantizan soluciones definitivas a los problemas ocasionados por el desplazamiento de personas, la invasión de terrenos y el cambio de uso de suelo que ha derivado en deforestación masiva.
También está la amenaza de los incendios forestales, cada vez más devastadores, y la mínima o nula atención gubernamental para su prevención y combate. Miles de hectáreas de bosque y selva han quedado calcinadas en la última —y más hostil— temporada de incendios; y su cuidado ha quedado en manos casi exclusivamente de las y los comuneros y habitantes de la región de los Chimalapas, quienes han denunciado el abandono gubernamental.
En 2021, el mismo año en que se estrenó el cortometraje y se inauguró la nueva etapa del festival ‘El lugar que habitamos’, las autoridades de San Miguel Chimalapas ya llevaban años luchando en contra de la imposición de un proyecto minero en particular, y se aprovechó la plataforma del Festival para denunciarlo.
En el verano de 2020 la minera canadiense Minaurum Gold Inc. y sus filiales en México solicitaban permisos a la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) para avanzar con la exploración minera en polígonos anteriormente concesionados entre los municipios de San Miguel Chimalapa y Santo Domingo Zanatepec, sin el consentimiento de los pueblos. Gracias a la movilización, la divulgación de información y la estrategia jurídica de las y los afectados, lograron detener temporalmente ese proyecto, denominado ‘Santa Martha’.
Sin embargo, a inicios de este año se dio a conocer que la empresa minera continúa solicitando permisos para perforar los Chimalapas. En un comunicado publicado el 15 de febrero de 2024 en su página web, el CEO de la empresa canadiense asegura que han solicitado, de nuevo, permisos para iniciar “un programa inicial de excavación” y plantea como objetivo clave iniciar con la perforación de al menos 3,000 metros en 2024.
En respuesta, pocos días después, autoridades de San Miguel Chimalapas reiteraron en sesión de cabildo su declaración de Territorio Libre de Minería, y denunciaron por escrito que “dicha actividad extractiva, atenta en contra de la vida y la naturaleza, así mismo viola nuestros derechos como pueblos indígenas”.
En ese contexto creemos que es importante seguir amplificando las voces de quienes defienden la vida, la tierra y el territorio. De ahí vemos que el cine y la radio, cuando son comunitarias, pueden cumplir una función informativa y de servicio.
Sigamos celebrando a las personas y los colectivos que caminan junto a las aspiraciones y necesidades de sus pueblos y comunidades. Hagamos del Festival ‘El lugar que habitamos’ una gran fiesta de imágenes y sonidos que nos inviten a pensar, a soñar y a actuar para que nuestro mundo –y los territorios donde vivimos– sean más incluyentes, justos, sustentables y dignos.